Gula
Dicen que todo pecado lleva su penitencia.

Puedo afirmar que la Gula, siendo uno de nuestros pecados capitales, lleva consigo una penitencia aún mayor. La cena de ayer noche me hizo reflexionar sobre ello.
Había quedado a cenar con uno de los mejores clientes del despacho que, a su vez, es una de la mayores fortunas de Barcelona. Fortuna mayor y, lo que es mejor, discreta. Una riqueza hecha a base de fabricar la mejor horchata de Barcelona (con chufas de Alboraya , por supuesto) y cuyos réditos los supo invertir en unos magníficos "tochos". Y, el tocho, se ha puesto a precio de diamante. Ese anonimato le permite disfrutar su fortuna con total libertad que, eso, es disfrutar por partida doble.
Cada año por estas fechas de declaración de amores inconfesables con la hacienda pública, me invita a cenar para "celebrar que, otro año más, has ejercido como mi amante fiel ante el erario público", me dice. No le haría falta la invitación ya que mis servicios de "amante fiel" los paga generosamente con ese invento fenicio que se llama "moneda". Pero en fín, como es un hombre agradable y como nos une una vieja relación profesional, no me duelen prendas el pasar una velada con él. Total elige el lugar e invita, así que ejerzo de "amante pasivo" que tampoco está mal. Como casi siempre en esas cenas, tocaba marisquería y, el anfitrión escogió una de las marisquerías mas de moda en Barcelona.
Yo que soy hombre comedido, de ensalada nocturna y que me riego con la oxidante agua (¡que aburrimiento, por Dios!) y no está acostumbrado a los excesos entre semana, me procuré desde por la mañana mi buena ración de "Almax" para que el estómago no me pasase factura. Y no era precísamente por la cena. Una docena de ostras, caviar (beluga ¿o pensabais otra cosa?), langosta, unas, al lado de esos platos, "ordinarias" almejas componían el "pica-pica" del primer plato. Como caldo de acompañamiento, un reserva "Vega Sicilia" cosecha 1999, que nos lo bebimos como si fuese agua aunque, y estaréis pensando como yo pensaba, qué hace un tinto entre tanto marisco. Pero ante ese despliegue de poderío gastronómico opté por no preguntar y beber (¡qué delicia!) y comer. Los segundos platos fueron algo más discretos. Cocochas él y yo, Rodaballo. Pasamos, ahora si, al champagne. Un "Cuvée Dom Perignon" que no llegó al término del último bocado, así que pedimos otra botella y así completariamos el postre.
Mientras avanzaba la cena y, paralelamente, empezaban a hacer sus efectos los efluvios alcohólicos, miraba a mi comensal y pensaba en que aquél era el hombre de mi vida. Un tío con fortuna, azotado por las enfermedades y divorciado. "Pues nada, me divorcio yo también y le pido en matrimonio". Veía así solucionada mi vida y la de mis hijas y soñaba con un retiro dorado dedicándome a lo que siempre he anhelado. La vida contemplativa. "¿Y el amor?" me decía mientras hincaba el diente al Rodaballo. "¡ El amor!. El amor ya vendrá luego. Primero solucionar la supervivencia. La buena supervivencia y luego ya me dedicaré al amor". Total si ya era un mercenario, que más daba venderse un poco más. ¿No lo hizo Esaú por un plato de lentejas?. Cabe preguntarse qué hubiese hecho el bíblico personaje por una langosta y unas ostras. Mata a su familia entera, seguro.
En cualquier caso, después de tanto consumo alcohólico, aún me quedó algo de consciencia para no platearle mi oferta. "Tu fortuna a cambio de ser siempre tu 'amante fiel' (oficializada) y pegársela a Hacienda todos los días". Las pesadillas y el sudor que se me pegaba al pijama no me han dejado dormir. Tendré que buscar otro "amor" o ponerle más "alegría" a la ensalada.

Puedo afirmar que la Gula, siendo uno de nuestros pecados capitales, lleva consigo una penitencia aún mayor. La cena de ayer noche me hizo reflexionar sobre ello.
Había quedado a cenar con uno de los mejores clientes del despacho que, a su vez, es una de la mayores fortunas de Barcelona. Fortuna mayor y, lo que es mejor, discreta. Una riqueza hecha a base de fabricar la mejor horchata de Barcelona (con chufas de Alboraya , por supuesto) y cuyos réditos los supo invertir en unos magníficos "tochos". Y, el tocho, se ha puesto a precio de diamante. Ese anonimato le permite disfrutar su fortuna con total libertad que, eso, es disfrutar por partida doble.
Cada año por estas fechas de declaración de amores inconfesables con la hacienda pública, me invita a cenar para "celebrar que, otro año más, has ejercido como mi amante fiel ante el erario público", me dice. No le haría falta la invitación ya que mis servicios de "amante fiel" los paga generosamente con ese invento fenicio que se llama "moneda". Pero en fín, como es un hombre agradable y como nos une una vieja relación profesional, no me duelen prendas el pasar una velada con él. Total elige el lugar e invita, así que ejerzo de "amante pasivo" que tampoco está mal. Como casi siempre en esas cenas, tocaba marisquería y, el anfitrión escogió una de las marisquerías mas de moda en Barcelona.
Yo que soy hombre comedido, de ensalada nocturna y que me riego con la oxidante agua (¡que aburrimiento, por Dios!) y no está acostumbrado a los excesos entre semana, me procuré desde por la mañana mi buena ración de "Almax" para que el estómago no me pasase factura. Y no era precísamente por la cena. Una docena de ostras, caviar (beluga ¿o pensabais otra cosa?), langosta, unas, al lado de esos platos, "ordinarias" almejas componían el "pica-pica" del primer plato. Como caldo de acompañamiento, un reserva "Vega Sicilia" cosecha 1999, que nos lo bebimos como si fuese agua aunque, y estaréis pensando como yo pensaba, qué hace un tinto entre tanto marisco. Pero ante ese despliegue de poderío gastronómico opté por no preguntar y beber (¡qué delicia!) y comer. Los segundos platos fueron algo más discretos. Cocochas él y yo, Rodaballo. Pasamos, ahora si, al champagne. Un "Cuvée Dom Perignon" que no llegó al término del último bocado, así que pedimos otra botella y así completariamos el postre.
Mientras avanzaba la cena y, paralelamente, empezaban a hacer sus efectos los efluvios alcohólicos, miraba a mi comensal y pensaba en que aquél era el hombre de mi vida. Un tío con fortuna, azotado por las enfermedades y divorciado. "Pues nada, me divorcio yo también y le pido en matrimonio". Veía así solucionada mi vida y la de mis hijas y soñaba con un retiro dorado dedicándome a lo que siempre he anhelado. La vida contemplativa. "¿Y el amor?" me decía mientras hincaba el diente al Rodaballo. "¡ El amor!. El amor ya vendrá luego. Primero solucionar la supervivencia. La buena supervivencia y luego ya me dedicaré al amor". Total si ya era un mercenario, que más daba venderse un poco más. ¿No lo hizo Esaú por un plato de lentejas?. Cabe preguntarse qué hubiese hecho el bíblico personaje por una langosta y unas ostras. Mata a su familia entera, seguro.
En cualquier caso, después de tanto consumo alcohólico, aún me quedó algo de consciencia para no platearle mi oferta. "Tu fortuna a cambio de ser siempre tu 'amante fiel' (oficializada) y pegársela a Hacienda todos los días". Las pesadillas y el sudor que se me pegaba al pijama no me han dejado dormir. Tendré que buscar otro "amor" o ponerle más "alegría" a la ensalada.
14 comentarios
Ali40x20 -
¿El vino?... ¿y qué le pasa al vino?... como si un Vega Sicilia del 99, o de cuando sea, requiriese maridaje alguno. Eso entra bien hasta con patatas "chips"
Hablando de maridajes, ¡ni se te ocurra lo de cambiar de consorte!...Dónde has visto tu un marido que se lo monte tan bien con su cónyuge...?. No chico, no, un amante es un amante y un marido es lo que es.
Y, ya para apostillar, yo no daría por bien pagados los servicios con la minuta, si el mecenas se siente satisfecho con el agasajo, déjale que disfrute gastando en vicio, lo que le ahorraste en arbitrio...
kaleidoscopio -
Besitos
Para Rosier -
Rosier -
que pena con lo monísimo que ahí quedastes... tan tierno... tan dulce... tan... tan mojadito :-DDD
Para PaquiLou -
para Rosier -
PaquiLou -
Es decir..explícame eso, anda......
Y sí, me muerdo las uñas, porque soy de una viciosaaaaaa......que ni te cuento.....(no fumas tú?, pos a callar...y andando..).
Un super beso andalúz.
Rosier -
Entre Líneas a la "letra escarlata" -
Entre Líneas a mi consejera matrimonial -
Entre Líneas a siempre nos quedará París -
PaquiLou -
Ulereleé, Ulereleé, Ulereleé....eeeeé...(palmas)
Niña..María....!!!
(estoy que me muerdo las uñas...de lo roja de envia que ando..)
Un millón de besos andaluces.
Rosier -
No te divorcies, para unirte en matrimonio a él, el matrimonio a veces desencadena en rutina. Quizás dejarías de encontrarle emoción mientras se la pegáis a Hacienda...
Porque será que todo lo prohibido, nos resulta más atrayente... :-S
Polen -
Aunque lo ideal, después de un banquete de esos son 2 o 3 días de ayuno radical, si no aguantas algún zumito natural y muuuuucha agua. Te sentirás fenomenal